miércoles, agosto 09, 2006

.2 flores para un jardín

.publicado originalmente el 26.07.2005

Y así fue no más. Te fuiste tan súbitamente como avisaste que llegarías... quince años pasaron y he decidido que es hora de hacerte un homenaje. No recuerdo el momento exacto, pero si que estaba sentado a la cabecera del comedor. Cuando escuché que en un poco menos de 9 meses llegarías a apaciguar a esos dos hermanos que no dejaban ni por un día de pelear, me imaginé un universo lleno de ti, un universo lleno de algo nuevo que de seguro me dejaría sin palabras.

Pasaron los meses y cada día que pasaba ibas tomando forma y un lugar en tu familia que te esperaba ansiosa. Llegó el día en que supimos que tendríamos una niña que cuidar y adorar, y tu nombre surgió súbitamente en una suave noche teñida por pétalos de rosa que llenaban la casa de ilusiones y sueños. Constanza sería, Constanza serías.

Pero Dios tiene caminos misteriosos y llegó el día en que decidió que no vendrías. Los pétalos color rosa se tiñeron de negro y tu nombre se perdió en el despertar de un sueño que acababa de terminar. Quien sabe donde estás ahora, quien sabe como estás ahora. Lo único que sé es que te quisimos un montón, y que la puerta estuvo abierta esperándote siempre, aunque - y sólo Dios sabe por qué - nunca llegaste siquiera a tocarla.

El tiempo pasó y una nueva flor creció en nuestro jardín. De eso han pasado ya diez años y tú estarías más orgullosa que nadie de tener una hermana como ella. Te prometo que tu hermana Paulina leerá esto y sabrá de ti, porque aunque nunca llegaste, no hay nadie que pueda negar que existieras y existes, quien sabe donde, quien sabe como.

Toma esto como un saludo. Espero que donde quiera que estés, Internet exista y puedas llegar a leerlo.

Tu hermano mayor.

 

Creative Commons License
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.